Equilibrio

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A ser feliz, se aprende

viernes, 26 de diciembre de 2014

La Navidad

Supongamos que te gusta la Navidad, no sólo por el aspecto vacacional y de los regalos, sino porque es un período de tiempo donde estamos más cerca de nuestros seres queridos, y nuestros sentimientos son mejores respecto a lo que nos rodea.
Está muy bien. Uno se siente mejor persona y cree que contribuye a su bienestar y al de los demás.
La pregunta es, ¿por qué entonces ese espacio temporal no se prolonga al resto del año? No me refiero a tener comilonas de continuo y estar de fiesta todos los días. Las rutinas del día a día se imponen, y además, lo que agrada en dosis cortas, si se abusa, puede cansar. Me refiero más a la cercanía con los demás. Esos encuentros o llamadas que sólo se hacen una vez al año. Si las extendiéramos, lo normal es que nos encontrásemos más contentos con nosotros e influiríamos positivamente en nuestro entorno, ¿no?

Volvamos a suponer que te gusta eso de la Navidad…

Javier Gutiérrez Sanz
Psicólogo

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