El
termino resilencia procede de la
ingeniería que la define como la capacidad de ciertos materiales para recobrar
su forma original después de ser sometida a una presión deformadora. Este
concepto ha acabado siendo usado por las Ciencias Sociales para referirse a la
capacidad de determinados individuos para salir adelante de manera
satisfactoria en situaciones muy complicadas y de alto riesgo.
Vanistendale(2000) propone la imagen de una
casa para explicarlo mejor. En el sótano estarían las necesidades básicas que tienen que ser cubiertas: comida, dormir,
alojamiento... Lo necesario para tener una estabilidad básica. Encima de ese de
esa planta van los vínculos, esto
es, sentir la aceptación incondicional de al menos una persona. Estos vínculos
tienen que ser fuertes y constructivos. Promueven la aceptación y el desarrollo
de la persona. Encima de los vínculos es esencial dar un sentido a nuestra
vida. Es vital para que merezca la pena vivir la vida. La naturaleza de ese
sentido es muy diferente de una persona a otra. Ya en la primera planta hay 3
habitaciones que están íntimamente
interrelacionadas: autoestima adecuada, aptitudes sociales, humanas y/o
profesionales, y un humor
constructivo. Finalmente en el desván se encuentra las ilusiones por el futuro.
Son aquellas experiencias por descubrir.
Aunque se haya padecido, el futuro puede albergar buenas cosas. Hay que estar
atento para descubrirlas o construirlas. Esta casa necesita un mantenimiento.
Si no se hacen revisiones, limpieza y reparaciones la casa se va deteriorando y
desmoronándose, por lo que hay que hacer una labor de mantenimiento y cuidado.
Pregúntate
como está tu casa. ¿Necesita algo que mejorar?
Los
malos momentos y lances negativos de la vida aparecen muchas veces sin avisar.
A veces se pueden evitar y otras no. La cuestión es superar esos golpes. Eso es
la resilencia.
Javier
Gutiérrez Sanz
Psicólogo
No hay comentarios:
Publicar un comentario