Lo
malo acaba terminado. Esto nos debe servir para coger distancia y no prolongar
más el sufrimiento e incomodidad de la debida. Muchas veces se sufre más por lo
que creo que me queda de malo que no por lo que ya está sucediendo en ese
momento. Es importante fomentar
paciencia por un lado, y por otro, explotar todas las posibilidades que nos
ofrece esa situación indeseable para que sea lo más leve posible, e incluso
aprovechable.
Lo
bueno también se acaba. Saberlo nos será útil para sacarle jugo y provecho a
ese momento de bienestar. Atarse demasiado a algo bueno puede pasarnos factura
cuando lo perdamos o estemos temiendo perderlo después, por el apego excesivo
que hemos desarrollado hacia ese estado óptimo. Disfruta de ese momento como
algo concreto y único que sólo se dará en ese momento. Lo más probable es que
aparezcan muchos más en tu vida que deberán ser atendidos de la misma manera.
Creo
que tener presente lo efímero de lo que nos rodea nos aligera. Nos centra más
en el momento en el que estás viviendo y no tanto en lo que sucedió o en lo que
ocurrirá.
Javier
Gutiérrez
Psicólogo
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