Equilibrio

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A ser feliz, se aprende

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Razones más habituales de conflicto en pareja


Vivir en pareja no es siempre una tarea sencilla. Implica acoplar intereses a veces dispares entre dos personas, trazando un objetivo común, amén de elementos externos que a veces no acompañan. 

Esto hace que la pareja entre en desacuerdos, que por otra parte no implica que la relación corra peligro.

Pero a veces, el conflicto aumenta y efectivamente, se corre el riesgo de deteriorar nuestra relación. Esto puede deberse a diversas razones y las más frecuentes son:

Conflicto permanente. Los miembros de la pareja viven muchas disputas en su vida diaria. La comunicación es mala y no se alcanzan acuerdos que hagan que la relación mejore. Se vive de manera insatisfactoria. Hay petición de cambios pero no se logran resultados. Esto lleva  a una encrucijada en donde o los problemas se solucionan o la pareja se rompe.

Quiero que mejores. Uno de los miembros de la pareja tiene un problema personal que acaba afectando a la pareja. El otro miembro hace todo lo que puede para que su pareja mejore. Acaba pidiendo al otro que se corrija o la relación entre ellos cambiará.

Ojo con los padres. Uno de los miembros no lleva bien que su pareja esté demasiado unida a su familia o algún componente de esta. Esto hace que se sienta fuera. Puede llegar a condicionar el buen devenir de la pareja.

Tus hijos van delante. Esto es típico en parejas que traen hijos de otras relaciones anteriores. Los hijos del otro/a se convierten en competencia con el conyugue en la búsqueda de atención, por no hablar de las posibles desavenencias que tengan los hijos con la pareja de su progenitor, lo cual entorpece la convivencia general. Aquí, puede presentarse una variante en el papel del padre o la madre (los ex) de los hijos, al establecer  una relación que entorpezca la relación entre la pareja, entrometiéndose en ella con la excusa de que vela por el interés de sus hijos.

Seguimos juntos pero uno ya no está. La relación lleva tiempo emocionalmente fría. Uno de los dos (o ambos) hace tiempo que ya no siente nada pero no se atreve a dar el paso.

Cuando sucede alguna de estas situaciones la relación peligra. Es importante tomar alguna decisión diferente para hacer que la relación no empeore aún más, o en el peor de los casos, que la separación sea lo menos dolorosa posible.

Javier Gutierrez Sánz.
Psicólogo.

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