Equilibrio

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A ser feliz, se aprende

lunes, 19 de diciembre de 2011

Guía Básica Para Fomentar El Bienestar Personal (II)




En la anterior entrada comentaba que había 3 áreas a cuidar especialmente. A saber, lo fisiológico, lo social y lo personal. Voy a centrarme ahora en lo fisiológico.

El cuerpo es un espejo de cómo estamos, por lo que hay cuidarlo. A veces, el cuerpo refleja nuestro malestar anímico, y otras veces, es al revés, un desajuste orgánico hace que nos sintamos mal con nosotros mismos y los demás.

Se puede hablar de muchas formas de cuidar el cuerpo, pero me voy a centrar en tres muy simples pero básicas. Si éstas flojean (depende de la medida) nos podemos empezar a tambalear. No son lo único en lo referente al autocuidado corporal pero es necesaria su presencia para un buen funcionamiento. Esta tríada es comer-dormir-ejercicio físico. Las tres funcionan mejor si se adecuan a una rutina, y si se hacen con sentido común. Tan malo es descuidarlas como volverse un obseso de ellas. El tenerlas en cuenta no sólo nos conseguirá un buen estado de salud actual si no que fomentará el futuro haciendo que lleguemos a mayores en buenas condiciones.

Empiezo con el Dormir.  Es importante dormir cerca de 8 horas, aunque hay gente que necesita algo más o menos, pero la mayoría rinde mejor con ese promedio. ¿Qué se necesita para dormir bien? Primero, rutina de acostarse y levantarse, por lo menos en los días de diario. Esto favorece que el cuerpo por sí solo pida ir a dormir. Segundo, acabar el día de manera relajada. Para eso evitar a última hora de la noche, actividades excitantes, especialmente videojuegos, ordenador, etc., Otra cosa que no es buena, es organizar el día siguiente antes de acostarnos, o darle vueltas a problemas que en ese momento no tienen solución. Este tipo de actos nos activan mentalmente y hacen que sea difícil conciliar el sueño. Hay otros factores que ayudan la rutina del sueño: ambientales, como tener una buena temperatura, sin exceso de calor o frío, que no haya ruidos molestos, que la habitación de dormir no se use para determinadas ocupaciones (se rompe la asociación cama-dormir); o no tener malos hábitos como ingerir alcohol o determinadas sustancias antes de acostarse, hacer ejercicio físico intenso o cenar (copiosamente) muy cerca de la hora de dormir. Estas costumbres descontrolan nuestro reloj biológico y hace que nuestro sueño sea de mala calidad o errático.

Comer es vital para un bienestar adecuado. Se recomienda 5 comidas al día (desayuno-almuerzo-comida-merienda-cena). Básicamente hay que llevar una dieta equilibrada, rica en verduras, hortalizas, legumbres, fruta, hidratos de carbono, con aparición de carne y pescado. Es importante no abusar de productos industriales y de comidas precocinadas y que la ingestión de alimentos no sea excesiva. Pero aparte de la mera tarea de comer, es destacable el hecho de cómo se come: es un momento que hay cuidar en la medida de nuestras posibilidades. Hágalo especial. Preparar algo rico (que no sea una mera ingestión de alimentos), darle su importancia en el sitio y en el cómo. Hay que darle tiempo y que no sea atropellado. Evitar comer mientras se trabaja es decisivo porque la comida hace la función de pausa. Si tiene la posibilidad de comer acompañado, mejor, ya que socializa. La comida, en fin, también es fuente de placer y felicidad.

Por último, el Ejercicio Físico. Hacerlo de manera cotidiana y moderada (a no ser que nos preparemos para algo o sea nuestra pasión) ya que el cuerpo responde mejor a la rutina, primero, y no necesita que se le exprima, segundo. Con continuidad y moderación evitamos lesiones innecesarias. Si además establece rutinas conocerá mejor a su cuerpo, y éste le pedirá que lo ejercite. Los beneficios son enormes: sensación de fortaleza, resistencia y elasticidad, en fin, de salud. Cuidamos de nuestro futuro inmediato y más lejano, evitando lesiones o degeneraciones que se van gestando progresivamente. Pero además, da una sensación de confort mental. Produce desahogo y eliminación de tensión y toxinas, a la par que segregación de endorfinas. Tiene una labor de “descanso mental”: hace que nos olvidemos de nuestros problemas y de nosotros mismos durante un buen rato, lo cual es de agradecer. Además, puede tener un comportamiento lúdico y social, lo cual es tan importante como todo lo contado anteriormente.

Para finalizar, no hay que tomarse todo lo anteriormente escrito al pie de la letra. Habrá veces que nos lo saltemos, por carencia o exceso, pero eso, seguramente (si no es lo habitual) habrá tenido su razón de ser, y nos habrá traído también beneficios. Tan malo es no hacer como tomárselo demasiado en serio. Esto último se nota en el comer y el ejercicio físico, haciendo que algo saludable se convierta en una pequeña prisión de obligaciones.


Javier Gutiérrez Sanz
Psicólogo

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