Equilibrio

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lunes, 17 de febrero de 2014

Un ejemplo: Diébédo Francis Kéré


 

Diébédo Francis Kéré nació en 1965 en Burkina Faso, en un poblado sin electricidad ni agua. Fue el único hermano de 13 que pudo acceder a unos estudios en condiciones muy precarias. Gracias a una beca para estudiar carpintería en Berlín, acabó convirtiéndose en arquitecto. Actualmente tiene proyectos en China y da clases en Harvard y Suiza.

A él lo que más le motiva es hacer cosas en su país, donde ya ha hecho construcciones como la escuela de su pueblo donde pueden estudiar los niños.

Una de sus premisas es que “lo sostenible es trabajar con lo disponible en cada lugar” por lo que trabaja con barro en su tierra. Otra afirmación que le define es que le cuesta hacer entender a su gente que el progreso no es una tele y un coche: “cuesta hacer ver que una vida mejor no es sólo progreso material, que las posesiones son peligrosas: te hacen perder valores”.

Diébédo Francis Kéré es un claro ejemplo de resilencia: persona que pese a las adversidades sale adelante. Cierto es que las condiciones ambientales condicionan mucho el devenir de una persona, pero no lo son todo. Aquí hay un ejemplo claro de superación y crecimiento personal, porque Diébédo  no ha triunfado sólo a nivel profesional, si no que por sus manifestaciones, se entrevé un apersona de gran lucidez y sentido común.

Es este tipo de personas que nos sirven de inspiración. Fijémonos en ellas.

 

Javier Gutiérrez Sanz

Psicólogo

 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Resilencia o como recomponerse


El termino resilencia procede de la ingeniería que la define como la capacidad de ciertos materiales para recobrar su forma original después de ser sometida a una presión deformadora. Este concepto ha acabado siendo usado por las Ciencias Sociales para referirse a la capacidad de determinados individuos para salir adelante de manera satisfactoria en situaciones muy complicadas y de alto riesgo.

Vanistendale(2000) propone la imagen de una casa para explicarlo mejor. En el sótano estarían las necesidades básicas que tienen que ser cubiertas: comida, dormir, alojamiento... Lo necesario para tener una estabilidad básica. Encima de ese de esa planta van los vínculos, esto es, sentir la aceptación incondicional de al menos una persona. Estos vínculos tienen que ser fuertes y constructivos. Promueven la aceptación y el desarrollo de la persona. Encima de los vínculos es esencial dar un sentido a nuestra vida. Es vital para que merezca la pena vivir la vida. La naturaleza de ese sentido es muy diferente de una persona a otra. Ya en la primera planta hay 3 habitaciones  que están íntimamente interrelacionadas: autoestima adecuada, aptitudes sociales, humanas y/o profesionales, y un humor constructivo. Finalmente en el desván se encuentra las ilusiones por el futuro. Son aquellas experiencias por descubrir. Aunque se haya padecido, el futuro puede albergar buenas cosas. Hay que estar atento para descubrirlas o construirlas. Esta casa necesita un mantenimiento. Si no se hacen revisiones, limpieza y reparaciones la casa se va deteriorando y desmoronándose, por lo que hay que hacer una labor de mantenimiento y cuidado.

Pregúntate como está tu casa. ¿Necesita algo que mejorar?

Los malos momentos y lances negativos de la vida aparecen muchas veces sin avisar. A veces se pueden evitar y otras no. La cuestión es superar esos golpes. Eso es la resilencia.

Javier Gutiérrez Sanz

Psicólogo